El León moribundo de Lucerna
Lucerna |
"El trozo de piedra más triste, conmovedor y contundente del mundo". - Mark Twain.El Monumento al león de Lucerna (en alemán: Löwendenkmal). Es una conmovedora escultura que representa a un león caído, herido de muerte y con el dolor clavado en el rostro, sobre un escudo con la flor de lis de la Monarquía francesa; y junto a él un escudo con el emblema de Suiza. También es conocido como el León moribundo de Lucerna, o León herido de Lucerna. Y fue labrada entre 1819 y 1821 por el escultor danés Bertel Thorvaldsen, sobre una pared de roca de la ciudad de Lucerna en Suiza, para conmemorar la muerte de más de 700 valientes miembros de la Guardia Suiza durante la Revolución francesa (1792) cuando defendían el asalto de los revolucionarios al Palacio de las Tullerías en París, Francia.La obra mide 6 metros de altura y 10 metros de largo. Y se necesitaron dos años para lograr esa perfección. Fue ejecutada con la ayuda de Lucas Ahorn (1789-1856) un albañil de Constanza (sur de Alemania).
En la parte superior del monumento consta la inscripción latina
Helvetiorum Fidei ac Virtuti
que significa "a la lealtad y la valentía de los suizos".
Además están grabados los nombres de los muertos y de los oficiales de la Guardia Suiza, así como el número de muertos entre los soldados suizos (DCCLX = 760) y el número de soldados supervivientes (CCCL = 350).
Desde el siglo XVII un regimiento de mercenarios de la Guardia Suiza servían como defensores de la Casa Real francesa. La Revolución francesa estalló en 1789 y el 6 de octubre de 1789 el Rey Luis XVI, su esposa María Antonieta y sus hijos se trasladaron del Palacio de Versalles al Palacio de las Tullerías para protegerse de los revolucionarios. En junio de 1791 Luis XVI trató de huir al extranjero y fue condenado a arresto domiciliario. En la insurrección del 10 de agosto de 1792, los revolucionarios tomaron el palacio. La lucha comenzó cuando 5 miembros de la Guardia Suiza fueron asesinados ante su capitán, pero la Guardia Suiza logró contener el asalto. Mientras tanto el rey se refugió en la Asamblea Legislativa, donde fue obligado a pedir a la Guardia Suiza que se retirase y volviese a sus cuarteles. El capitán Dürler, que había visto como asesinaban a sus cinco guardias le pidió al rey una orden por escrito (que ha sobrevivido). Cuando el rey se la facilitó, acató la orden y al salir del palacio, indefensos, fueron masacrados sin piedad por los revolucionarios y sus cabezas fueron puestas en picas en las calles de la ciudad. De los 1.000 miembros de la Guardia Suiza que defendían al rey, sólo sobrevivieron unos 300.
La iniciativa de crear el monumento fue tomada por Karl von Pfyffer Altishofen, un oficial de la Guardia que habían estado de vacaciones en Lucerna, en el momento de la lucha. Comenzó a reunir dinero en 1818 para la creación de un monumento en honor de la Guardia Suiza, ya que esta masacre causó una gran consternación en Suiza.
El león de Alfonso JMV |
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