Nadie logra todo lo que se propone. En ese sentido, todos somos fracasados. Lo importante es pues no desfallecer en el continuo esfuerzo por organizar y desarrollar nuestra vida. En dicho terreno, la vanidad es lo que nos descarría. Es nuestra vanidad la que nos precipita hacia situaciones que nos hacen daño. Mientras que, al contrario, el orgullo nos salvaguarda mediante las dosis de prudencia que impone a nuestras elecciones y comportamientos, así como gracias a la capacidad de resistencia que nos insufla.
¿¿Cuántos de nosotros estamos tan cerca de alcanzar lo que queremos pero tenemos miedo de soltarnos? ¿Será que el miedo a tomar riesgo es lo q te esta deteniendo de cumplir tus sueños??
En el momento de cruzar el río Rubicón, se pronunciof una histórica frase… Alea iacta est (el dado fue echado o la suerte está echada) fue cuando entro en las provincias itálicas con el ejercito, Julio Cesar obviaba la legalidad republicana y había comenzado la guerra civil. EL Rubicón es un pequeño rio y su paso no tiene ninguna dificultad pero su importancia fue simbólica, la oración implica que él había tomado el riesgo y pasado un “punto de no retorno”, es decir, él no podía retroceder de lo que había hecho, como el jugador que ha apostado todo a una tirada de dados. Hoy en día, la frase significa dar un paso irrevocable, generalmente de riesgo o confrontación.Lo mejor de todo, es que analizando las cosas, todos nosotros siempre estamos tomando riesgos en nuestra vida, cada vez que nos montamos en un avión, cada vez que atravesamos la calle, no importa lo que hagas siempre estas tomando riesgos inconscientemente.
Ahora es tu decisión que riesgos tomar, yo no digo que hay que probar de todo hasta el punto de ser estúpidos . Hay que tomar riesgos calculados, siempre compara que tienes que perder vs que podrías ganar y en base a esto toma tus decisiones, es más en el caso en que podrías perder mucho más de lo que podrías ganar, busca la forma de voltear está situación…
“Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan.”
-Henry Ford
Por ejemplo klingenberg al lado contrario de su objetivo al no llegar las lanchas de asalto no se detuvo, con una lancha abandonada en muy mal estado, pidió voluntarios puestos a acompañarle, casi todos levantaron la mano pero cabían unos pocos, y con sus 10 mejores cruzaron el Danubio, lo cruzaron en tales condiciones que implicaba un serio riesgo y lo cruzaron, sin hallar ninguna resistencia llego a la embajada alemana, izo la bandera y llamo por teléfono al alcalde de la ciudad, exigió la rendición de la plaza, amenazando con solicitar una incursión aérea si se negaba a satisfacer sus exigencias. La amenaza era un farol... carecía de radio no podía comunicarse pero el alcalde lo ignoraba y se apresuro a firmar el documento de rendición. La ciudad era Belgrado.
A veces hay que negarse a permanecer inactivo y buscar una alternativa…
también viene bien saber marcarse un buen farol!
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